Lengua de herencia ¿qué significa este término y por qué es importante conocerlo?
Si eres padre o madre de niños y niñas bilingües, seguramente ya te has encontrado, durante tus lecturas con términos como lengua materna, lengua vehicular, lengua de herencia o segunda lengua.
Tengo que confesarte que cuando comencé a estudiar lingüística, yo también me mareaba un poco con todos estos términos. Lamentablemente a veces, los libros no son muy claros con las definiciones, otras, los conceptos han evolucionado a través del tiempo y el significado ha cambiado.
Repasemos algunos de estos términos para poder revisar lo que sabemos y lo que nos falta por aprender.
Lengua materna:
Según la RAE es la primera lengua que aprendemos a hablar. Parece muy claro y fácil pero a quienes criamos a nuestros hijos bilingües/multilingües no nos suele quedar muy claro cuál de las lenguas a las que nuestros hijos están expuestos es la lengua materna.
¿Es realmente la lengua de la madre?
¿Y si primero aprende a hablar la lengua del padre?
¿Qué sucede cuando un niño o niña esta expuesto a mas de una lengua?
En primer lugar debemos separar dos conceptos:
Por un lado esta la transferencia lingüística que los progenitores realizan a sus hijos y por el otro, la adquisición de las competencias lingüísticas por parte del niño o niña.
Un infante que está expuesto a la lengua de sus progenitores, tendrá contacto con esta lengua, pero el desarrollo de su competencia lingüística en esa lengua dependerá de muchos factores tales como la cantidad de exposición, su posibilidad de interacción o el interés que tenga por desarrollar la misma.
Esta lengua o lenguas que le transmiten sus progenitores será/n su/s lengua/s de herencia.
Si esta lengua es además la que se utiliza normalmente en el entorno en el que crece, a través del tiempo, se convertirá naturalmente en un hablante nativo de esta lengua.
En cambio, si en el entorno en que crece se habla otra lengua (esta es la que llamamos lengua vehicular, la que es utilizada normalmente por el entorno social), el grado de competencia que adquiera en esa lengua heredada dependerá de los factores antes mencionados.
Dentro del ámbito germano parlante no se utiliza el término “lengua de herencia” sino “lengua de origen”. La idea de este término es marcar definidamente que se trata de la lengua hablada por inmigrantes en el ámbito familiar. Este término no engloba por ejemplo, las familias de originarias de América que conservan su lengua originaria a pesar de haber adquirido el español, el inglés, el portugués o francés de sus colonizadores.
Por otro lado es interesante señalar que llamamos lengua extranjera, aquella que aprendemos en la escuela de una forma sistematizada y progresiva.
En el caso particular en el que un niño o una niña aprende en edades tempranas una lengua que no es la que normalmente habla el entorno o los progenitores, la adquisición de esta lengua extranjera se asemeja mucho a la de una lengua de herencia.
Este el caso por ejemplo de los niños que tienen una niñera que les habla en otra lengua consecuentemente o los que concurren con sus padres a cursos o talleres de inmersión lingüística como los que brindamos en Ronda redonda.
Si como yo, has emigrado a un país en el que no se habla tu lengua y tus hijos crecen desarrollando mas de una lengua, es importante que sepas que desarrollar una lengua de herencia, no es lo mismo que desarrollar una lengua nativa o una lengua extranjera.
De hecho, existen condiciones externas que pueden perjudicar el desarrollo de la lengua de herencia y es importante estar preparado/a para poder salvarlas con tranquilidad y sin angustias.
Como los problemas son diversos, decidí escribir una serie de entradas al blog sobre este tema, abarcando una dificultad por entrada y de esta forma tratar cada una con un poco mas de profundidad.
La dificultad de la que quiero hablarte hoy es…
Poca exposición a la lengua de herencia:
Cuando los progenitores trabajan, o el el padre o la madre que hayan la lengua minoritaria son los que menos tiempo pasan con los niños, se reduce considerablemente el tiempo de exposición a la lengua de herencia.
Como sabemos, tiempo de exposición y posibilidades de interacción son dos cosas que debemos cuidar cuando queremos desarrollar un lenguaje.
Las situaciones económico-sociales en las que nos vemos inmersos, muchas veces no nos permiten pasar el tiempo que quisiéramos con nuestros niños y niñas.
Para mi es muy importante no culpabilizarse o desanimarse y buscar soluciones viables y prácticas que se adecúen a nuestra realidad cotidiana.
Mis padres en Argentina siempre trabajaron jornada completa, sin embargo, yo nunca sentí que no me brindaran tiempo de calidad para escuchar mis problemas, o para compartir momentos de juego y aprendizaje. A veces es más relevante la calidad de tiempo que le dedicamos a nuestros hijos que la cantidad de tiempo que pasamos con ellos.
Es aconsejable sin embargo, tener en cuenta que, cuando debemos hacer compromisos tenemos que prestar especial atención y elegir con cuidado qué priorizar y cómo, para obtener los mejores resultados.
En edades tempranas es muy importante generar un lazo afectivo positivo con el lenguaje, para que el niño o niña asocie siempre su lengua de herencia con situaciones placenteras. Por ello es imprescindible generar espacios relajados, con situaciones amenas que no nos tensiones o que no representen una presión constante para la familia.
El desayuno o la hora de acostarse, son momentos especiales que podemos utilizar para conectar con ellos/as y crear rutinas sencillas que nos permitan ayudarlos a incorporar vocabulario, desarrollarlo, interactuar y ganar confianza.
Para poder generar situaciones efectivas de aprendizaje es prioritario fijarse objetivos concretos y realizables.
Veamos un ejemplo:
Durante un mes nos dedicaremos a tratar de mejorar el vocabulario relacionado con los alimentos.
Para ello podemos tomarnos cinco minutos todos los días en alguna de las comidas para repasar un vocabulario determinado a través de un juego.
Vocabulario: Las frutas (selecciona de 5 a 10 frutas que trabajarás durante todo el mes)
Actividades posibles:
Trabajo con tarjetas
A partir de los 2 años
- Con tarjetas en las que están las frutas dibujadas pedirle al niño o a la niña que nos alcance una (esto lo podemos hacer mientras desayunamos, si en vez de tarjetas podemos tener la fruta la actividad se hace todavía más interesante).
A partir de los 4 años:
- Intercambiar roles, ellos nos piden una fruta y nosotros se la alcanzamos.
Aumentando la dificultad: cuando ya lo hemos practicado bastante, le damos la fruta incorrecta y le pedimos que nos diga si lo hicimos bien.
Trabajo con canciones
Una de las canciones mas utilizadas en los jardines de infantes de habla hispana es:
A guardar a guardar cada cosa en su lugar….
Mientras ordenamos las compras cantamos la canción y le vamos pidiendo que nos pase de la bolsa del mercado las frutas para guardarlas.
Lo importante es que se genere la rutina del momento especial del juego, el contacto afectivo con tu hijos/as, el momento mágico de compartir algo que define parte de lo que somos y nos conecta con el lugar del que venimos.
Te propongo que pruebes estas ideas sencillas durante un mes y me cuentes cómo te ha ido, seguramente se te ocurrirán a ti otras ideas mientras implementas estas.
Si quieres seguir profundizando en el tema y conocer mas actividades fáciles y divertidas para ayudarte en el desarrollo del leguaje de tus peques te recomiendo que revises en el apartado Jornadas y conferencias la próxima Jornada para familias bilingües/multilingües.