Desarrollo holístico del lenguaje
El desarrollo holístico del lenguaje implica una estimulación adecuada y respetuosa de los tiempo de maduración del niño/a.
Criar niños y niñas felices es el sueño de toda familia.
Soy una convencida de que la gran mayoría de los padres y madres quieren que sus hijos crezcan felices, se desarrollen plenamente y logren todos sus sueños.
Al principio del camino, sin embargo es tarea de los padres y madres educar y criar a sus pequeños y pequeñas para que puedas más adelante elegir sus propios caminos.
Dentro de las decisiones de crianza aparece sobre todo para las familias binacionales y las familias migrantes la elección de la o las lenguas que su hijos van a desarrollar.
La decisión de criar bilingüe/multilingüe no siempre es fácil y está llena de inseguridades y miedos de los progenitores y de la familia extendida.
Si bien hoy en día encontramos muchos artículos sobre las ventajas de crecer bilingüe y en de puertas para afuera, todo el mundo acepta la crianza bilingüe como algo bueno, en el día a día, las familias se encuentran con muchos obstáculos y críticas que muchas veces las hacen dudar del camino elegido.
En mi trabajo de asesoramiento de familias me encuentro muy a menudo con mamás y papás que tienen miedo de que por mantener el español sus hijos no aprendan la lengua vehicular (la lengua que habla la mayoría del entorno), que sean discriminados por los compañeros de clase o que no desarrollen adecuadamente ninguna de las dos.
La familia extendida (abuelos, tíos o familiares cercanos) que no conocen o no han tenido contacto con la crianza multilingüe suelen, por supuesto con las mejores intenciones, opinar y llenar a los padres y madres de dudas sobre la forma en la que han decido desarrollar las lenguas de sus hijos.
Si estás criando bilingüe/multilingüe es posible que hayas escuchado en tu entorno estas frases:
- si le hablas español (o la lengua que sea la minoritaria) en vez de la lengua vehicular no va a aprenderla nunca
- con tantos idiomas va a tener una ensalada en la cabeza y no va a aprender ninguno
- es de mala educación hablar otro idioma delante de la gente que no lo entiende
- los niños bilingües conocen menos palabras en cada lengua que los monolingües
Puedo asegurarte que ninguna de estas aseveraciones son correctas y no sólo desde mi lugar profesional como especialista en educación bilingüe sino también como mamá de dos adolescentes que hablan cinco lenguas con un alto nivel de competencia, sin mezclarlas y habiendo crecido sin conflictos debido a ellas.
[inlinetweet prefix=”” tweeter=”@cdemkura” suffix=””]La clave de toda crianza multilingüe respetuosa es capacitarse y conocer las necesidades de tus hijos en cada etapa del desarrollo.[/inlinetweet]
De la misma forma que no podemos esperar que un niño/a corra si no sabe caminar, no podemos esperar que hable en una lengua o en la otra si todavía no está preparado/a para ello.
Por eso hablamos de lograr un desarrollo holístico del lenguaje, donde todos los aspectos del desarrollo infantil estén contemplados, se respeten los tiempos de maduración de cada niño o niña y se estimule adecuadamente, sin apresurarlos, incorporando el aprendizaje de las lenguas como una parte más del desarrollo natural de cada infante.
Me refiero a un desarrollo holístico del lenguaje, porque el mismo no está desarticulado del proceso general del desarrollo del infante, es una parte más del mismo y no puede ser estimulado por separado.
Un enfoque holístico implica comprender que para que la lengua se desarrolle, es necesario que otros aspectos como la motricidad, la discriminación sonora, el desarrollo musical, cognitivo y afectivo estén contemplados y sean fomentados adecuadamente.
Para lograrlo no es necesario embarcarse en programas interminables o complicados donde los padres se sientan exigidos al punto de que no puedan mantener las rutinas idiomáticas que se les imponen.
Sí es importante encontrar un plan de acción que se adecúe a la realidad familiar, que sea sostenible en el tiempo y que además genere espacios para profundizar los vínculos afectivos con las lenguas y sus culturas.
Mi experiencia es que cuando se toma el tiempo necesario para entender qué quiere y necesita cada miembro de la familia, se desarrolla un plan que contemple las posibilidades reales de ésta y se aseguran actividades factibles, interesantes y divertidas, el camino que transitamos hacia un multilngüismo exitoso se convierte en una jornada amena e interesante que deja de ser motivo de estrés para toda la familia.